Vinos ecológicos que nacen del amor por una tierra y del compromiso para cuidarla.

Herència Altés es una bodega familiar de la Terra Alta dedicada al cultivo del viñedo y la elaboración de vinos frescos y elegantes.

Apuestan por la agricultura ecológica y por una forma de trabajar que sea sostenible y respetuosa con el medio ambiente, que promueva una biodiversidad rica ya que ésta, a su vez, los ayuda a fortalecer sus suelos y entorno. El cuidado de su patrimonio natural e histórico, preservando los viñedos viejos y los márgenes de piedra seca, les permite seguir cultivando y elaborando vinos para que las generaciones futuras puedan seguir disfrutando de la tierra y los sus frutos.

Trabajan con las variedades autóctonas, enfatizando con las Garnachas y resaltando la Garnacha Blanca, bandera e insignia de su tierra. Elaboran los vinos de la forma más natural y respetuosa posible y siempre buscando la máxima honestidad y elegancia varietal.

Conservar la cultura vitivinícola, preservar el paisaje y proteger la biodiversidad de su zona y todos los elementos que conforman su patrimonio cultural y natural. Una forma de entender la viticultura que integra el ciclo del cultivo y la elaboración de vino dentro del ecosistema, minimizando el impacto ambiental.

Cuentan con 50 hectáreas de viñedo, todas trabajadas de forma ecológica, situadas en la comarca de la Terra Alta entre los municipios de Batea y Gandesa, a unos 420-500 m sobre el nivel del mar y de las que unas 20 hectáreas son viñas viejas, plantadas entre principios y mediados del siglo XX.

Apuestan por la preservación de los viñedos viejos y la orografía natural, respetando los márgenes de piedra seca, que son reservas de biodiversidad e insignias de su cultura y paisaje. Al mismo tiempo, estos márgenes les permiten aprovechar las pendientes naturales del territorio y diferenciar los terruños particulares que caracterizan cada una de las pequeñas parcelas.

En la bodega tienen una filosofía de mínima intervención, es decir, intentan influir lo menos posible en el transcurso de la elaboración del vino, siempre buscando la máxima frescura y elegancia que caracteriza sus vinos.

Fermentan a través de microvinificaciones, en depósitos pequeños que les permiten separar las uvas de diferentes parcelas para mantener el fruto de cada tipología de suelo. Además, los mostos inician la fermentación de forma natural y espontánea con levaduras autóctonas provenientes del viñedo.

En la elaboración de los vinos blancos y rosados ​​utilizan sólo el mosto flor, y en el caso de los tintos añaden una proporción de uva entero, buscando frescura, textura y fruta. Fermentan y crían en depósitos de hormigón para conseguir la complejidad de la microoxigenación y minimizar la aportación de aromas externos. En los casos en los que utilizan madera, prefieren barricas grandes (500 y 600l) o foudres de gran capacidad (2.500 l o 5.000 l) con la filosofía de crianzas largas pero con un impacto mínimo del roble.

Todo esto les permite elaborar vinos frescos, serenos, con carácter y muy elegantes.